Es la sensación que recorre mi ser en este momento, cuando casi toco con la punta de los dedos aquello por lo que llevo tanto tiempo luchando...
Suena paradójico y parece algo sin sentido pero no puedo evitar sentirme así.
Tengo desde hace varios días un nudo en el estómago que me oprime y hace que me cueste respirar. Y en el fondo sé que debo tomar el aire lentamente y dejarlo fluír en mi interior para que su energía me ayude a continuar dando los pasos que me lleven a alcanzar el tesoro.
Y aunque, por un lado siento una inmensa alegría de estar aquí, por otro me invade la tristeza por aquellos que comparten mi sueño y ya no continúan andando hacia él.
Tal vez sea miedo porque no es la primera vez que estoy aquí, porque ésto ya lo viví antes y no quiero ilusionarme para después volver a caer.
Respiro y busco el rincón perdido de mi alma en el que habitan la confianza y la fe. Porque sé que están ahí, que no camino sola, aunque haya momentos en que se me olvide...
Y es que el tesoro más grande es tener la oportunidad de estar aquí y ahora y disfrutar de los pequeños momentos mágicos que la vida nos ofrece...
miércoles, 3 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
- cubodecolores
- Porque los senderos son sabios y las casualidades siempre tienen una razón de ser...