martes, 8 de marzo de 2011

Madrid


Cada vez me cuesta más volver de allí. No sé que tiene la ciudad, es como una fuerza magnética que me atrae hacia su interior, un fina tela de araña que me atrapa y me enreda en cada uno de sus rincones. Nunca dejo de sorprenderme. En cada viaje exploro nuevos lugares, redescubro los que ya conocía. Es como si la ciudad se reinventara para mi o tal vez sea yo la que se está transformando, no sé. Lo que sí sé es que necesito pasear por sus calles, perderme en El Retiro, sentarme en la butaca de uno de sus teatros para recargarme de energía o simplemente para disfrutar sin más, dejando aparcadas por unos días preocupaciones, obligaciones y decepciones.
Dicen que todo el mundo tiene un lugar para perderse... yo creo que he encontrado el mío :)

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Porque los senderos son sabios y las casualidades siempre tienen una razón de ser...