martes, 21 de febrero de 2012

Febrero

Siempre ha sido para mi una época especial. Supongo que es porque es el mes en que nací y cada cumpleaños me doy cuenta de lo afortunada que soy por vivir y compartir cada instante de mi vida con todos aquellos que quiero.
Este año lo he compartido también con dos personitas nuevas que han conseguido robarme el corazón: Uno es el peque de la casa, que me tiene embobada. Hay que ver todo lo que puede despertar en ti una cosita tan pequeña...
El otro es esa persona que si hace un mes me hubieran dicho que viviría con él todo lo que estoy viviendo no lo hubiera creído. Por primera vez puedo ser yo, sin miedo a que el chico que tengo frente a mi huya despavorido cuando empiece a conocerme mejor. No hay 2 caras de la misma moneda que giren a su antojo haciendome dudar de si lo que estoy sintiendo es real o está solamente en mi imaginación. Estoy viviendo el momento, disfrutando de cada pasito. Todo es tal cual: tan sincero y transparente que resulta mágico. No sé que sucederá mañana, sólo sé que hoy "quiero soñar contigo cerquita hasta el amanecer, mirarte a los ojos y ver que todo puede ser...".

lunes, 6 de febrero de 2012

Mario

Nos conocimos hace 6 años en una boda, nos presentaron y estuvimos hablando un ratito pero no recuerdo ni de qué. Parece que desde entonces preguntaba por mi, pero ya nunca nos volvimos a ver.
Este 2012 empezó con él, en una encerrona que los novios de aquella boda me prepararon. Apareció allí, de repente, a tomarse la última antes de irse a casa. No cruzamos palabra porque cada uno estabámos en un extremo de la mesa y además, la situación fue para mi cuanto menos incómoda.
Desde ese día parece que empezó a crecer su interés por mi y tras varios sms, ayer quedamos para tomar un café. Me sentí desconcertada porque había hecho muy bien sus averiguaciones de inspector Gadget y se sabe mi vida en verso. La conversación fue muy agradable, casi no hubo silencios, nos entró a los dos la verborrea que producen los nervios. Me da miedo porque parece que él lo tiene muy claro y yo no. Sólo sé que el olor de su colonia que no sé identificar se me ha quedado grabado y que se llama Mario, como el protagonista del musical que cambió tantas cosas en mi vida, no sé si eso será una señal. No quiero pensar, voy a dejarme llevar y a ver qué pasa en el siguiente café...

lunes, 30 de enero de 2012

Volver a empezar...

¿Por qué cada vez me da más miedo?

sábado, 14 de enero de 2012

2012

Ha llegado 2012 y no sé si será el fin como predijeron los mayas. De momento mi tiempo lo absorbe completamente el trabajo y mis sobris. La verdad es que repartirse entre 3 cuesta bastante más que entre dos, aunque yo estoy encantada :)
Pero a pesar de que me siento feliz por el regalito que nos deparó el 2011 antes de su fin, no puedo evitar sentirme estancada. Mi alma pide a gritos un cambio de rumbo, no sé realmente hacia dónde, sólo que necesito moverme. Tal vez no sea un cambio de lugar físico pero necesito encontrar eso que haga click en mi interior y me haga ilusionarme de nuevo por algo, pues la rutina me está empezando a ahogar.
Creo que es cuestión de fe y dejar que se abran las ventanas...

sábado, 19 de noviembre de 2011

Pasear por esas callecitas tan estrechas...


Siempre me habían dicho que era una ciudad mágica y la verdad es que las voces que me lo decían no estaban equivocadas. El olor a azahar y jazmín. La luz que la alumbra, presente incluso cuando el cielo está gris y que da vida a sus calles. Los balcones llenos de flores adornando fachadas de mil colores. El río, arteria principal, historia viva de épocas de esplendor, punto de partida de un viaje hacia lugares desconocidos. Los puentes, lazos que unen a sus habitantes. La alegría de sus cientos de bares en los que el arte, la tradición y la religiosidad compiten por llenar sus paredes. Las campanas de sus numerosas iglesias que dan testimonio de su presencia, aunque cierres los ojos y no las veas...
Ciertamente sí, es un lugar mágico. Y esa magia se acrecienta cuando vas descubriendo la ciudad caminando junto a alguien que te llena el corazón de paz y serenidad. Alguien a quien el camino lo ha llevado hasta allí y que aunque ahora tenga el alma llena de inquietud por los cambios, estoy segura de que dará con la clave de su felicidad porque él me enseñó que somos del planeta de los sueños imposibles de no realizar.
Millones de gracias, amore.

viernes, 28 de octubre de 2011

Si pongo el alma...


Hacía mil que no pasaba por aquí a dejar volar mis pensamientos. Hoy ha sido un día largo y duro, con momentos tristes, otros agobiantes, sonrisas cómplices, mucho trabajo, lecciones de amor...
Esta mañana, mientras despedíamos a su madre, mi amiga Beatriz me recordó que más allá del dolor, del sufrimiento, de la pérdida... el AMOR permanece. La estaba escuchando y pensaba que yo no sé si hubiera sido capaz de subir allí arriba y desnudar mi alma como ella lo hizo. Le ofreció a María su pequeño y al mismo tiempo gran regalo que llevaba escrito en su interior con grandes letras la palabra GRACIAS.
Mientras estaba sentada en la iglesia, miraba a mi lado, a ese niño grande que siempre está ahí y daba las GRACIAS. Después, cuando llegué al maset a comer y miré a mi alrededor, la misma palabra no dejaba de rondar en mi cabeza.
Y la tarde de trabajo fue dura y muy muy larga, pero compartirla con él hace que la carga sea más liviana. Y el GRACIAS seguía ahí latente... Y es que: "La rutina de un día más se evapora cuando tú estás..." Aunque tiemble cuando le toca conmigo porque dice que le doy mucha caña :) Supongo que me aferro al amor platónico porque confío en que me hará mucho menos daño o porque tengo tan claro que está prohibido dar un paso más, que intento disfrutar cada segundo de lo poquito que me ofrece sin que él se dé cuenta de que para mi es casi casi un Universo... A veces pienso que tal vez sea un acto de cobardía por mi parte, no sé.
Y después de cenar, conteste a un e-mail al que no me apetecía mucho responder. Quería hacerlo con indiferencia, pagándole con su misma moneda, porque pensándolo fríamente no merece más, pero soy incapaz de hacerlo porque yo sí "pongo ganas, pongo corazón, pongo el alma aunque muchas veces mis días se estrellen contra el suelo". Y volvió a aparecer la palabra del día: GRACIAS. Porque me quedo con lo bonito y por haber sido capaz de ver la "parte fea" antes de que mis pasos se dirigieran hacia el precipicio sin remedio.
Y ahora, mirando las fotos de mi última escapada para elegir una para esta entrada, la palabra continúa resonando en mis oídos al recordar cada rincón de esas calles empedradas, cada momento vivido, mientras la ilusión me invade esperando la llegada de mi próximo viaje... :)

http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=A57wAKJ9kzs

miércoles, 31 de agosto de 2011

Barcelona


Parecía que el decir que me iba sola de viaje era raro no, lo siguiente. Supongo que en una ciudad pequeña como en la que vivo era algo inconcebible. Pero precisamente por eso necesitaba irme a perderme a un lugar grande, lleno de gente, en el que, paradójicamente, pudiera estar sola. Tenía muy claro que me quería ir y al mismo tiempo estaba aterrorizada porque era la primera vez que realizaba un viaje sin compartirlo con nadie. Era miedo ya no a la soledad en sí sino a que tener tanto tiempo para escuchar a mi interior acrecentara el malestar que me corcomía por dentro. Aunque realmente me sentí muy acompañada porque aquellas personitas a las que adoro estuvieron conmigo, compartiendo el viaje desde la distancia. Era como si me los hubiera llevado a todos en la mochila :)
Barcelona fue el destino escogido, una ciudad que a pesar de lo cerca que la tengo he pisado poco y cuando lo he hecho ha sido de pasada. Me perdí por sus calles, caminando sin parar, dejándome fluír y, poco a poco, notaba que la ciudad me atrapaba en su red. Era una sensación controvertida y placentera al mismo tiempo: me sentía como una minúscula parte de ella y por otro lado sentía que mi yo crecía, haciéndose cada vez más presente. Llevaba muchos días intentando buscar una definición a mi estado de ánimo: no estaba deprimida, no estaba ansiosa, ni cansada, ni con la autoestima por el suelo, ni incompleta, ni desanimada, ni insegura, ni decepcionada, ni perdida... era una mezcla de todo ello y no era nada de eso. Y al final, después de muchos kilómetros andados, de visiones impresionantes, de olores y sabores nuevos, escuché la palabra que buscaba sentada en la butaca de un pequeño teatro: "Des-penjada" (descolgada). Sí, era eso. Me sentía como una pieza de puzle perdida, que no encuentra donde encajar, que no sabe bien que es lo que busca, que cuando cree que ha hallado su lugar se da cuenta de que allí tampoco es. Alguien que ha llegado tarde al andén y el tren ya se ha marchado... Y mire a mi alrededor y entonces me dí cuenta de que no era la única que estaba en esa situación, que todos, en cierto modo y en algún momento (o en varios), nos sentimos así. Supongo que forma parte de nuestro camino en busca de la felicidad, de nuestro crecimiento personal. Pero lo importante es no dejar de buscar y disfrutar de todo lo positivo, de los pequeños grandes momentos que en el camino encontramos y que, cuando nos "descolguemos", creamos siempre que volvernos a subir al mundo es posible, porque dentro de este gran Universo hay otros pequeños, diferentes entre sí, ya que cada uno construímos el nuestro...

Mi foto
Porque los senderos son sabios y las casualidades siempre tienen una razón de ser...